miércoles, 16 de junio de 2010

20 de junio: reflexión sobre Manuel Belgrano

Este es el trabajo de Manuel J:


MANUEL BELGRANO, UN HÉROE ARGENTINO

Si hoy puedo hablar de Manuel Belgrano, quiero poder contarles porque yo entiendo que es, junto con el General San Martín, uno de las personalidades que merecen ser tenidas como guías y modelo personal.

Puedo decirles que estoy convencido, como ustedes, que es uno de nuestros formadores de la Patria por sus actos militares en defensa de la revolución y al servicio de la Nación naciente, pero sin duda alguna, alcanza su verdadera dimensión de hombre grande, porque fue coherente su pensamiento y su acción, en momentos siempre difíciles, y es ese, el valor humano que le permite hoy a este argentino, ser observado como ejemplo desde cualquier latitud de la tierra.

Conviene saber para situarnos, que este hombre grande, hijo de la criolla Josefa Gonzáles Caseros y del comerciante italiano Domingo Belgrano y Peri nació en Buenos Aires en junio de 1770, fue una persona de la alta sociedad, con valores y principios bien marcados, pero con la voluntad necesaria para poder sostenerlos en todo momento.

Su padre fue un comerciante que aprovechó muy bien el tiempo del monopolio comercial impuesto por la corona española, lo que le permitió adquirir riquezas suficientes para vivir cómodamente y dar a sus hijos la educación mejor de aquella época. Por eso Don Manuel, pudo tener el privilegio vedado a casi todos aquí en estas tierras, de estudiar en la Universidad de Salamanca, donde se perfeccionó en comercio, y se graduó en leyes.

Su época de estudiante la supo aprovechar para nutrirse de ideas nuevas, verdaderamente revolucionarias para su tiempo. En 1789 se había producido la Revolución Francesa y leyó en Europa a los nuevos pensadores políticos como Rousseau y Montesquieu. Fue un estudiante brillante de la universidad, lo que le permitió ser autorizado por el Papa para leer los libros que estaban vedados al conocimiento general. Los autores que lo influyeron más profundamente fueron Campomanes, Jovellanos, Adam Smith y Quesnay. Siempre su mirada le permitía extraer de esos autores las enseñanzas y miradas sobre el bien público y la búsqueda del provecho general.

Belgrano pensaba que dos ideas muy nuevas de la época podían aplicarse en forma complementaria en el Río de la Plata. La de los fisiócratas como Quesnay -que sostenían que el valor fundamental de una economía era la “tierra” y el “trabajo”, y que había que reducir los impuestos a la generación de riqueza-. Y los postulados del liberalismo de Adams Smith –que sostenían que la riqueza de las naciones residía en su gente-, y suponía que en un país tan extenso territorialmente, había que poner en valor las explotaciones de la tierra, y educar a su gente.

En las épocas del monopolio, en que España nos imponía severas restricciones al comercio con las diferentes potencias, él creía en el valor del libre cambio, pero sin excesos, para que la industria nacional no sufriese de la importación desmedida de productos foráneos.

Belgrano fue uno de esos hombres que vivió su época con pasión, una vez vuelto a Buenos Aires, en 1794 fue nombrado "Primer Secretario del Consulado de Comercio". En esa función, escribió las Memorias, en las cuales difundió las doctrinas económicas en boga entonces en Europa, y propuso iniciativas a favor del mejoramiento material de la comunidad.

Para él, el desarrollo económico debía ser parte del desarrollo cultural y ser concordante con la economía de libre mercado. Consideró que lo más importante era fomentar la educación, es decir, capacitar a la gente para que aprendiera oficios y pudiera aplicarlos en beneficio del país. A él le debemos el desarrollo de la Escuela de Dibujo y de la Escuela de Náutica, ambas, creadas en 1799. Impulsor de la creación de la escuela de Comercio, una de Agricultura, otra de Hilados, Lana y Textiles, y primer impulsor de la escuela para mujeres que por aquellos años no existían.

¿Como no va ser reconocido como héroe de la Patria?, si hubo que esperar hasta 1884 para que el presidente Julio A. Roca sancionara la ley 1420 de Educación, para que se pudiesen establecer legalmente los principios de educación pública, gratuita y obligatoria, que Manuel Belgrano ya impulsaba a principio de ese siglo.

Cualquier biografía bien documentada, nos dirá que en los días de la Revolución de Mayo don Manuel tuvo una participación decisiva al negar el continuismo que representaba la figura del Virrey Cisneros en la Junta de gobierno. Que integró la Primera Junta y que desde ese lugar impulsó de todas las maneras que pudo, cada una de las ideas en que creía.

Esa biografía nos contará que fue periodista, dirigió primero “El Telégrafo Mercantil” de 1801 -uno de los primeros periódicos de Buenos Aires- y también dirigió el periódico "Correo de Comercio" aparecido ese año 1810 en el que adoctrinaba sobre la importancia del comercio libre, la educación obligatoria para ambos sexos y, sobre todo sostenía la importancia de un gobierno local, para no caer en la tentación de volver a depender de España.

Sabemos también que en septiembre de 1810 la Junta le encomendó La expedición de Paraguay con un objetivo más político que militar, cual era la de difundir entre los paraguayos el ideario de la Revolución de Mayo.

Como comandante de las tropas patrias le tocó vencer en Campichuelo, y sufrir la derrota en Tacuarí. En noviembre de 1811 fue nombrado Jefe de Regimiento Nº 1 de Patricios. En enero de 1812 fue enviado por el gobierno a proteger las costas del Paraná de los españoles. Sabemos que fue allí, un 27 de febrero de 1812, donde enarboló por primera vez la bandera celeste y blanca, que luego fuese reconocida como la bandera nacional. Su destino más difícil fue sin duda la jefatura del Ejército del Norte. El 25 de mayo de 1812 en Jujuy instaló el cuartel general y, en celebración del aniversario de la Revolución, hizo bendecir la bandera. Al mando de fuerzas muy inferiores al enemigo, emprendió el 23 de agosto de 1812 junto al pueblo lo que se conoce como el Éxodo Jujeño, es decir, la retirada hacia Tucumán, abandonando hogares y arrasando todo a su paso, para dejar a los realistas sin víveres para la tropa. No sería justo cualquier análisis de la tarea de Belgrano, si no reconociésemos que esa acción heroica de tropa y pueblo mancomunados, que desoyendo el mandato del gobierno de retirarse hasta Córdoba, posibilitó vencer a los realistas en Tucumán, y que en buena medida gracias a ello, hoy la República Argentina no termina su frontera norte en la provincia de Córdoba.

Ya como Capitán General, inició el avance hacia el norte, y jurando obediencia a la Asamblea del año XIII, derrotó nuevamente a los españoles en la batalla de Salta el 20 de febrero de 1813. Luego fue derrotado en Vilcapugio (el 1º de octubre de 1813) y en Ayohúma (el 14 de noviembre de 1813). En enero de 1814 se encontró con San Martín en Salta y entregó el mando del ejército en Tucumán, quedando a cargo del regimiento Nº 1 con el grado de coronel. En enero de 1814 el gobierno lo separó del ejército del Norte y una vez en Buenos Aires, fue arrestado y procesado por sospechas sin fundamentos, ya que en pocos meses fue sobreseído con reconocimiento de méritos y honores.

Pero la crónica de este gran libertario no quedaría completa sin señalar la entrega constante a la tarea revolucionaria y de sostenimiento de los gobiernos patrios, que se impuso siempre a los placeres humanos más elementales como los de disfrutar de un buen pasar económico y de formar un familia.

Enamorado de María Dolores Helguera quiso casarse, pero en enero de 1818 recibió la orden de marchar hacia Santa Fe y no pudo concretarlo. Y como Dolores estaba embarazada, sus padres la obligaron a casarse con otro hombre. El año siguiente nació la hija de la pareja, Manuela Mónica del Corazón de Jesús Belgrano. Si bien los enamorados volvieron a encontrarse, no pudieron casarse porque el divorcio no era legal y tuvieron que distanciarse.

Cuando llegó la muerte de Belgrano en 1820 su hija fue criada y educada por los hermanos de Belgrano. El día de su muerte, el 20 de junio de 1820, Buenos Aires tenía una feroz disputa política luego de las consecuencias de la batalla de Cepeda, que permitió el surgimiento de los caudillos provinciales y la caída del Directorio. Aquí tres gobernadores disputaban el poder, así que su deceso pasó totalmente desapercibido, salvo un periódico de los dominicos que anunció su muerte.

Recién un año después, el gobernador bonaerense Martín Rodríguez y su joven ministro, Bernardino Rivadavia, organizaron un funeral de honor el 29 de julio de 1821.

Manuel Belgrano murió en la pobreza a pesar de que su familia fue de las más ricas del Río de la Plata, ¡pero eso claro, fue mucho antes que él se comprometiese en cuerpo y alma, con la causa de la independencia argentina!

Quizás eso no fue malo ni tampoco lo sintiese injusto porque, como Belgrano dijo “… No hay objeto más digno de la atención del hombre, que la felicidad de sus semejantes...”

Y hoy yo, todos nosotros, te estamos agradecidos y te reconocemos un verdadero héroe argentino.


¡¡Felicitaciones Manuel por tu investigación tan seria y exhaustivo!! Trabajos como el tuyo nos recuerdan varias de las razones por las que Belgrano es realmente un EJEMPLO BICENTENARIO.

martes, 15 de junio de 2010

20 de junio: reflexión sobre Belgrano y los valores de la Humildad y la Educación

A continuación la segunda producción de los alumnos de 3° "C", en este caso de Matías DV:

HUMILDAD

Uno de los valores de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano fue la humildad, a pesar de sus actos brindados a la Patria.

Manuel Belgrano, abogado y militar, espíritu clarividente y corazón intrépido y generoso, fue uno de los próceres más puros y nobles de la emancipación Argentina.

Estadista, hombre de paz y de labor, se improvisó militar para sostener con la espada y, a costa de su sangre, el principio santo de la libertad que había rubricado con su pluma y la palabra. Ni las altas posiciones del gobierno, ni la sensualidad del mando, tal vez ni siquiera la solicitación legítima de la gloria, fueron incentivos para su acción agotadora. Solamente lo impulsaron:
  • El amor a su suelo natal.
  • La felicidad de sus semejantes.
  • La pasión del bien público.
Pudo equivocarse alguna vez en la conducción de las tropas o en las sutilezas de la política, pero jamás sus yerros obedecieron a estímulos egoístas.

Como San Martín, el nervio y el músculo, y Moreno, el cerebro, Manuel Belgrano fue el alma de la Patria, simbolizada en la bandera soñada por él, y que sus brazos enarbolaron en los albores de la Independencia.

(...)


SU AMOR POR LA EDUCACIÓN

Podría decirse que Belgrano que en el orden de la educación, el precursor de Sarmiento. Y bien que lo era el patricio a quien pertenecen estas generosas palabras:

“No hay objeto más digno de la atención del hombre que la felicidad de sus semejantes.”

Propone la fundación de una escuela de comercio sobre bases científicas, y funda otra de náutica y otra de dibujo, clausuradas tres años más tarde por orden del Rey “por ser establecimiento de mero lujo.”

¡¡Felicitaciones Matías!!

20 de junio: reflexión sobre los valores de Belgrano

Esta es la reflexión de Tomás B, de 3° "C":

A partir de la lectura del libro: “General Belgrano - Apuntes Biográficos”, capítulo 9, se pueden rescatar la nobleza y los valores del general Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano.

Como evidencia de esto podemos ver que luego de varias derrotas al mando del ejército, reconoce en sí mismo que no era un líder militar nato y pide al Cabildo el envío de alguna autoridad militar con mayor experiencia que pudiera reemplazarlo en su cargo.

Ante esta petición, el designado para este puesto fue el Coronel José de San Martín. Este hombre pasó a adquirir el cargo de general, mientras que Belgrano se subordinó a él, no con enojo, sino alegre de poder servir al ejército y a su país.

“Y allí (A orillas del Río Juramento), el mismo 17 de enero de 1814, se conocen los dos hombres ilustres y confundiéndose en fraternal abrazo, dan comienzo a una sincera amistad, sustentada por la pureza de sus principios.”

A partir del libro “Manuel Belgrano. Cartas, anécdotas y testimonios” (de la revista Viva, de Clarín) podemos rescatar otros valores de Belgrano. Entre los que se destaca su gran capacidad intelectual. Algunos de sus pensamientos fueron:
  • La vida es nada si la libertad se pierde.
  • El miedo solo sirve para perderlo todo.
  • Los hombres no entran en razón mientras no padecen.
  • No es lo mismo vestir el uniforme militar que serlo.
  • Renuncio a mi sueldo vocal de la Primera Junta de Gobierno porque mis principios así me lo exigen.
  • Sirvo a la Patria sin otro objeto que el de verla constituída, ese es el premio al que aspiro.
  • No hallo medio entre salvar a la Patria o morir con honor.
  • En mis principios no entra a causar males sino cortarlos.

En conclusión, Belgrano es honrado de la manera que es recordado debido a que fue un hombre de principios y valores firmes. Con ideales y objetivos marcados. Fue un hombre pensador como pocos que lo dio todo por la Patria que amaba. Belgrano es un ejemplo de prócer sin buscar serlo, lo que resalta su humildad como persona. En sus propias palabras: “Yo no busco ser el padre de la patria, pero si uno de sus mejores hijos”.

¡¡Felicitaciones Tomás por tu trabajo!!

lunes, 14 de junio de 2010

20 de junio: Belgrano y la educación

Se agregan nuevas citas sobre Belgrano y la educacion. Se toman del Reglamento para las escuelas donadas por Belgrano en Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero con la recompensa de 40 mil pesos otorgada por la victoria de Salta:

“Procurará con su conducta en todas sus expresiones y modos de actuar inspirar a sus alumnos amor al orden, respeto a la religión, moderación y dulzura el trato, sentimientos de honor, amor a la verdad y a las ciencias, horror al vicio, inclinación al trabajo, despego del interés, desprecio a todo lo que tienda a la profusión y al lujo al comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu nacional que les haga preferir el bien público al privado y estimar en más la calidad de lo americano que la del extranjero" (Art. 18)

“Tendrá gran cuidado en que todos se presenten con aseo en su persona y vestido pero no permitirá que nadie use lujo aunque sus padres puedan y quieran costearlo” (Art. 19)

“En las celebraciones del Patrono de la ciudad, del aniversario de nuestra regeneración política y otras celebraciones se le dará asiento al maestro en cuerpo del Cabildo teniéndolo por un Padre de la patria" (Art. 8)

martes, 8 de junio de 2010

20 de junio: la muerte de Belgrano

A continuación se transcribe parte de una página de Educared sobre el 20 de junio:


La muerte no es un hecho aislado en la vida de un hombre. Eso hace que muchas veces las circunstancias que la rodean estén relacionadas con lo que fue su vida. La muerte de Belgrano es la síntesis de lo que fue el resto de su existencia.

En 1796 pidió varias licencias en el Consulado por problemas de salud, que lo obligaron a guardar reposo en Montevideo, Maldonado y San Isidro. Eligió estos lugares porque eran menos húmedos que Buenos Aires, y él padecía reumatismo.

Durante la Campaña del Norte, sufrió fuertes dolores internos. En la marcha al Alto Perú, contrajo paludismo, con fiebres intensas que lo debilitaban y postraban. Allí comenzó a asistirlo el doctor escocés Joseph Redhead, quien se convirtió en su médico personal y en uno de sus mejores amigos. Pero Redhead no pudo con los males de Belgrano: regresó de las misiones diplomáticas a Europa muy enfermo. Viajó a Tucumán, donde el 11 de noviembre de 1819 estalló un movimiento militar que derrocó al gobierno civil. Algunos de los sublevados marcharon a la casa donde estaba Belgrano para engrillarlo.

El doctor Redhead debió intervenir para evitar un acto tan cruel. Es que, debido a su enfermedad, los tobillos del prócer estaban tan hinchados que el solo contacto con la ropa le producía terribles dolores. Entonces, Belgrano viajó a Buenos Aires para pasar allí sus últimos días. Estaba absolutamente quebrado económicamente, y eso lo puso en la engorrosa situación de tener que solicitar al gobierno el pago de un dinero que se le adeudaba. Con esta suma saldó a su vez sus deudas con aquellos que lo habían ayudado.



En la más absoluta indigencia, y deseoso de cumplir con todos los que habían estado a su lado, Belgrano le entregó su reloj de oro a Redhead con estas palabras: "Es todo cuanto tengo para dar a este hombre bueno y generoso". El valiente general murió en su casa natal, el 20 de junio de 1820, a las 7 de la mañana. Lo rodeaban apenas unos pocos amigos...

domingo, 6 de junio de 2010

20 de junio: Belgrano textual

"Mucho me falta para ser un verdadero padre de la Patria, me conformo con ser un buen hijo de ella."


"Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para aquellos."


"Me glorío de no haber engañado jamás a ningún hombre y de haber procedido constantemente por el sendero de la razón y de la justicia, a pesar de haber conocido la ingratitud."


"El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente."


"No busco glorias, sino la unión de los americanos y la prosperidad de la Patria."


"Renuncio a mi sueldo de vocal de la Primera Junta de Gobierno porque mis principios así me lo exigen."


"Sirvo a la Patria sin otro objeto que el de verla constituida, ése es el premio al que aspiro. Para el bien de la Patria, ni para el buen servicio mío, hallo conveniente el honorífico título de Capitán General, y no veo en él sino más trabas para el trato social, mayores gastos y un aparato que nada importa sino para la vista vulgar, por cuyas razones V.E. me permitirá, haciéndome una gracia, que no lo use, contentándome únicamente con las facultades que me revisten por el cargo que ejerzo.

Expuse que no era conveniente para la Patria, porque es para aumentársele gastos con el sostén de una escolta que a nada conduce, pues el que procede bien nada de esto necesita, ni tampoco para mi buen servicio, porque es una representación que me privaría de andar con la llaneza que acostumbro y me aumentará también gastos que no es posible soportar."


(Renuncia de Belgrano al cargo de Capitán General enviada al Primer Triunvirato).


"¿Qué otra cosa son los individuos de un gobierno, que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público?"


"Ofrezco la mitad del sueldo que me corresponde, siéndome sensible no poder hacer demostración mayor, pues mis facultades son ningunas y mi subsistencia pende de aquél, pero en todo evento sabré también reducirme a la ración del soldado, si es necesario, para salvar la justa causa que con tanto honor sostiene V.E."

(Carta al Primer Triunvirato cuando es nombrado Comandante del Regimiento de Patricios)


"Se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñe la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, y principalmente inspirarles amor al trabajo."


"Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método, no desorden; disciplina, no caos; constancia, no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia."


"Estamos en la mayor miseria, y no tenemos lo que necesitamos para movernos; es un prodigio cómo se conserva esta fuerza que pasa meses sin recibir más socorro que un peso: su comida es carne flaca y maíz rosa; cuido que siquiera estén vestidos, pero no por eso tienen las prendas necesarias. No hablemos de necesidades porque a esto no hay quien nos gane."

(Carta al General Tomás Guido, General del Ejército de los Andes)


"Mi amigo, todo se resiente de los vicios del antiguo sistema, y como en él era condición sine qua non el robar, todavía quieren continuar. Es de necesidad que se abran mucho los ojos en todos los ramos de la administración y se persiga a los pícaros por todas partes, porque de otro modo, nada nos bastará."

(Carta a Mariano Moreno)


Diciembre de 1813. San Martín se dirige hacia el norte durante treinta días para encontrarse con Belgrano. Durante la marcha recibe cartas de Belgrano donde éste le manifiesta la terrible derrota sufrida, la penosa situación en que se encuentra y la urgencia de auxilios. Resulta conmovedor el tono amistoso y la sinceridad con que Belgrano, a quien el gobierno de Buenos Aires pretende juzgar por mal desempeño, confía sus desvelos a San Martín:

"He sido completamente batido en las pampas de Ayohuma (...) la pérdida de la última acción ha sido terrible y nos ha puesto en circunstancias muy críticas. Vuele V. si es posible, la Patria necesita de que se hagan esfuerzos singulares. He andado los países en que he hecho la guerra como un descubridor, pero no acompañado de hombres que tengan iguales sentimientos a los míos de sacrificarse antes que sucumbir a la tiranía (...) Mi corazón toma un nuevo aliento cada instante que pienso que usted se me acerca, porque estoy firmemente persuadido de que con usted se salvará la Patria. Empéñese en volar, si le es posible, con el auxilio y en venir a ser no sólo amigo, sino maestro mío, mi compañero y mi jefe si quiere. Me hallo con una porción de gente nueva a quien se está instruyendo lo mejor posible, pero todos cual Adán. Deseo mucho hablar con usted de silla a silla para que tomemos las medidas más acertadas y formando nuestros planes, los sigamos, sean cuales fueren los obstáculos que se nos presenten, pues sin tratar con usted, a nada me decido."


Cartas de Belgrano a San Martín del 8/12/1813, 17/12/1813, 25/12/1813 y 2/1/1814.
Fuente: Seamos libres, pp. 111-112.


Bibliografía