Siempre se recuerda a José de San Martín como un gran militar, como el libertador de la Patria, como un hombre de la guerra. Y no está mal.
Sin embargo, detrás de esos admirables valores independentistas y dotes militares, a veces consideradas como sus cualidades excluyentes, existe un San Martín de la educación y la cultura, en busca del progreso de los pueblos americanos a nivel social. Decía el inglés Roberto Proctor sobre la política educacional de San Martín durante su gobernación en Cuyo:
Bajo los auspicios liberales del General San Martín y el cuidado científico del doctor Gillies, Mendoza es un ejemplo de progreso para las otras ciudades sudamericanas. Se estableció una escuela de Lancaster, cuando yo estaba allí, y se abrió una biblioteca pública y por añadidura, se editaba un periódico por algunos jóvenes del lugar, que era canal para difundir los principios (de la libertad) en todo el continente. Las utilidades se destinaban para costear la escuela, a la que estaba anexo un teatro rústico, donde los mismos jóvenes, a veces, representaban.
Por ello hoy, 17 de Agosto de 2010, 160 años después de la muerte del libertador de la Patria, creemos que en él no solamente brillaron los valores del sacrificio, la humildad, la amistad, la unidad y la libertad transmitidos por él tanto en sus obras como en sus palabras, sino que también resplandecieron en su persona los ideales de la educación y de la cultura. Como dijo en una carta al Cabildo de la ciudad de Santiago de Chile:
El fomento de las letras es la llave maestra que abre las puertas de la abundancia y hace felices a los pueblos.
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